La sensación con la que iba a la clase era rara, era mi primer día después de más de una semana de vacaciones, lo que se suele traducir en un ligero nerviosismo e incertidumbre. Además, al tener muy poca experiencia en lo que se iba a tratar en la asignatura, me preocupaba no llegar a entender los contenidos que se iban a tratar. A pesar de esto, con la explicación del profesor y la ayuda de algunos compañeros que dominaban el tema, conseguí entender todos los conceptos relacionados con la orientación de forma rápida. Esto, junto a la cercanía y la motivación que nos ha transmitido el profesor, me ha hecho cambiar de opinión sobre la asignatura y enfocarla de mejor forma.
En el bloque práctico las emociones han sido totalmente distintas, al entender la parte teórica, el interés por las actividades era grandísimo. Hemos comenzado con algunos juegos, siempre relacionados con la orientación y, posteriormente, hemos realizado dos actividades de orientación: una con mapa y la otra con brújula. En ambas, un grupo marcaba 4 o 5 puntos y se intercambiaba las indicaciones con otro grupo para así realizar la tarea.
Foto realizada en uno de los puntos de control en la orientación con mapa |
Para acabar con el día, hemos ido a la clase y el profesor nos ha explicado cómo se desarrollará la asignatura. A pesar que el volumen de trabajo va a ser alto, las actividades que realizaremos me han resultado muy atractivas, por lo que enfoco esta asignatura con muchas ganas e intención de aprender.
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